sábado, 26 de diciembre de 2009

25 años: Nos reencontramos


Reconozco que he descuidado un poco esta página, aunque como ahora veréis ha estado más que justificado.

Para celebrar los 25 años del colegio comenzamos en octubre con una cena de antiguos alumnos como ya anunciamos. La convocatoria fue un éxito, que reunió a alrededor de 400 personas, entre antiguos alumnos y profesores, y se prolongó hasta altas horas de la madrugada. ¡Parecía que nadie quería irse!
Hubo gente que tuvo que coger un avión desde Mallorca o incluso desde Londres, pero nadie quería perdérselo. También recibimos numerosos mensajes de gente que no iba a poder venir, principalmente por encontrarse en algún país extranjero, pero nos decían los gratos recuerdos que tenían del colegio y cuánto les gustaría estar aquí.
Fue realmente emocionante recordar buenos momentos, ver cómo habéis crecido como personas y apreciar el cariño que mucha gente guarda hacia el colegio después de los años. Recordamos también a los que no estaban y pedimos perdón si a alguien no le llegó la información (nos devolvieron muchas cartas).
Gracias a todos los que vinisteis, y a los que no podíais pero os salió del corazón decirnos que lamentabais faltar a la cita.

En noviembre tuvimos otro acto conmemorativo de la creación del colegio en nuestro salón de actos en el que nos acompañaron el Excmo. Sr. Alcalde y otros representantes políticos de Gandía, así como miembros de varias entidades relacionadas con el centro: Feceval, Fevecta, la Asociación de Antiguos Alumnos (que , por cierto, acaba de crearse), CEFIRE, los demás colegios de Gandía y alguno de Oliva,...
Ese día, tras una breve intervención de nuestro Director de Secundaria, Àngel Ferrairó, hubo una presentación multimedia que resumía estos 25 años y el esfuerzo de tantas personas para que el centro llegara a ser lo que hoy es. Después hubo un pequeño discurso del Excmo. Sr. Alcalde. Para terminar, tuvimos una impecable y entrañable actuación de la coral San Francisco de Borja, a la que pertenecen varios miembros de la comunidad educativa. Luego lo celebramos con un vino de honor.

El acto fue también muy emotivo y hemos de agradecer al Excmo. Sr. Alcalde sus palabras de reconocimiento a nuestra labor en estos 25 años.
En fin, que hemos estado bastante liados preparando todo esto. Pero no vamos a parar, porque queremos organizar más cosas. Y esperamos contar con todos vosotros. Ahora mismo estamos intentando localizar a todos los alumnos y antiguos alumnos que toquen algún instrumento de banda para organizar un concierto. Si os interesa, podéis poneros en contacto con el centro o con la Asociación de Antiguos Alumnos cuanto antes.

lunes, 21 de septiembre de 2009

25 años


Volvemos en septiembre después del descanso del verano y este año promete ser año de noticias importantes.

Empezamos igual que terminamos el curso, dando la enhorabuena a los alumnos que se han presentado a las Pruebas de Acceso a la Universidad (Selectividad) porque... !también en septiembre tenemos un 100% de aprobados!

Y más noticias importantes. Supongo que muchos ya sabréis que este curso celebramos los 25 años del colegio Gregori Mayans. Estamos preparando muchas cosas, y empezamos por una cena de antiguos alumnos que será el día 25 de octubre en el restaurante San Marcos. (Para más información, ver eventos en la web del colegio (http://www.gregorimayans.com/). Esperamos ver a todos los antiguos alumnos y profesores para recordar viejos tiempos y organizar otras formas de mantenernos en contacto.

Y para los que aún estáis en el centro, no os preocupéis que también habrá algo para vosotros. Pronto tendréis más información y no os olvidéis de ir consultando el calendario de eventos en la página oficial.

!Hasta pronto!

sábado, 20 de junio de 2009

Enhorabuena por las notas de Selectividad

No podemos dejar de felicitar a los alumnos de 2º de Bachillerato que se examinaron la semana pasada de las PAU (Selectividad). ¡HAN APROBADO EL 100%! Y además con buenas notas. ¡Enhorabuena!

sábado, 16 de mayo de 2009

Acceso a ciclos formativos

Si estás interesado en estudiar ciclos formativos el curso que viene, es el momento de inscribirse para la prueba de acceso. Esta prueba es para los alumnos que no pueden optar al acceso directo por no tener los requisitos académicos necesarios. (Puedes verlos en el DOGV picando en el enlace de abajo).
Para inscribirte para la realización de la prueba necesitas tener (o cumplir en el año 2009) los 17 años para Grado Medio o los 19 para Grado Superior. La preinscripción se hace en el centro al que quieres acceder y el plazo acaba el día 22 de mayo. Las pruebas re realizan el 15 de junio (Grado Superior) y el 18 de junio (Grado Medio) en convocatoria ordinaria. En septiembre hay también una prueba extraordinaria.

Puedes pedir más información a tu tutor o al Departamento de Orientación.
Para ver el Documento Oficial de la Generalitat Valenciana, pica aquí:
https://www.docv.gva.es/portal/portal/2009/04/28/pdf/2009_4516.pdf

Para informarte de las posibilidades en algunos centros puedes ver:
En Beniarjó (F.P. La Safor):
http://www.fpsafor.com/inici.aspx

jueves, 23 de abril de 2009

Día del libro

Celebramos hoy el día del libro como ya anunciábamos. Si os dais una vuelta por el colegio veréis expuesta nuestra pequeña aportación a ese fantástico mundo de la lectura. Pronto tendreis aquí la fotos y más infromación de las actividades que se han hecho en el colegio.

De momento aquí va un microrrelato para hacernos pensar:

“¿Leemos?”- preguntaron sus ojos. Su madre se dirigió a la ventana y encajó la madera lo mejor que pudo. Esperó agudizando el oído en la penumbra hasta que los ojos de su madre le dieron permiso. Levantó una esquina del colchón de lana y luego su madre escarbó en el suelo, desempolvó el preciado fardo y desenrolló la tela con cuidado. Sus ojos se esforzaron en descifrar los símbolos que su madre iba traduciendo a casi imperceptibles susurros. Y en cuclillas junto al agujero, mientras se concentraba en apartar el miedo de su mente, deseó otra vez haber nacido varón.

(En La Vanguardia del 8 de Abril aparece una noticia con el siguiente titular: Los talibanes prohíben la educación femenina en el distrito paquistaní de Swat. Puedes leerla para saber más sobre el tema. En cualquier caso, el microrrelato debería hacernos reflexionar sobre nuestra suerte de poder tener acceso a una educación. A veces no lo valoramos.)

jueves, 9 de abril de 2009

Muchos planes

Empiezan las vacaciones de Pascua y nos despedimos por unos días, pero muchas cosas se están preparando para este mes. Acabamos de celebrar el día del libro infantil y para el día 23, como siempre, celebraremos el Día del Libro. Con este motivo, entre otras cosas, ya hemos puesto en marcha la creación de microcuentos. Seguro que vale la pena leerlos, así que no os perdáis la exposición en el cole. (Para los que ya no venís por allí, aquí pondremos una muestra).
También antes de que acabe el mes se van de viaje de estudios muchos de los alumnos del colegio. Los de 4º de ESO y 1º de Bachillerato viajarán a Italia y estaremos pendientes de su reportaje que podréis ver en el número de Punto de Partida que siempre publicamos en papel en junio.
Para todos los que quieran colaborar en la creación de nuestro Punto de Partida anual, ahora es el momento de ponerse en contacto. Agradeceremos especialmente la colaboración de los que ya no estáis en el colegio. Saber de vuestros viajes, de vuestros estudios o trabajos en otras ciudades, vuestras experiencias en la vida, además de alegrarnos nos enriquece.
Y para el curso que viene celebramos los 25 años del colegio Gregori Mayans. Ya estamos trabajando en ello y próximamente os iremos informando de las actividades en las que esperamos vuestra participación.
¡Hasta pronto!

sábado, 14 de febrero de 2009

San Valentín




Este año San Valentín ha caído sábado… ¡pero no íbamos a privarnos de celebrarlo! Lo hemos adelantado al viernes para llenar las paredes de los pasillos de sentimientos reflejados en nuestras ya casi tradicionales cartas de amor. Fue impresionante el ambiente que había a la hora del recreo, cuando todos salían de clase y se encontraban las paredes cubiertas de corazones rojos y de historias tristes, humorísticas, melancólicas, desgarradoras, impactantes… Desde luego cada año el listón está más alto, y será difícil superarlo. Gracias a los alumnos de 1º de Bachillerato (y a algún voluntario de otros cursos) por su esmero y su interés al escribirlas y a los de 2º por valorar la creatividad de sus compañeros, como demostró el hecho de que muchos de vosotros pasaran el recreo en el pasillo. Todas valían la pena. Así que para quien quiera leerlas con más calma, y para los que ya no estáis en el cole pero queréis seguir en contacto, incluimos aquí unas cuantas. ¡Disfrutadlas!

MI NUEVO HOGAR


Cuando la vi por primera vez una especie de viento helado se clavó en mis huesos y consiguió paralizarme por completo. Un ángel, pensé. Su cabello dorado, sus ojos que deslumbraban a todo aquel que pasaba por su lado, su estilizada figura. Era preciosa. Me volví loco al verla. María se llamaba. Estuve detrás de ella durante muchos meses hasta que por fin conseguí su teléfono. - Qué suerte - pensé. No me atrevía a llamarla. ¿Y si me decía que no quería verme? Me tomaría por un loco, lógico, no me conocía de nada. Pero aún así lo intenté, me armé de valor y la llamé. Al escuchar su voz el corazón me dio un vuelco. Aquel sonido era una mezcla entre la dulzura y la valentía que la caracterizaban. Me presenté y le propuse vernos para tomar algo y con una sonrisita de niña me dijo que sí, aunque no estaba segura del todo. ¿Y si me creía psicópata? A partir de ahí comenzó todo. Quedábamos de vez en cuando, luego más seguido, hasta que le confesé que la quería. Ella me correspondió.


Yo sabía que todo esto había pasado en poco tiempo pero aún así no podía evitar el desearla cada día más. Le pedí que se viniera a vivir conmigo. Recuerdo su cara el día que se lo dije. De repente se volvió hacia mí, pálida, pero fue recuperando el color rosado de sus mejillas mientras lo iba asimilando.


Los primeros meses de convivencia fueron maravillosos, claro está, estaba feliz y radiante. Era algo nuevo tanto para mí como para ella y lo que no pude y nunca podré entender es lo que pasó después, aún más sabiendo que nunca había sentido esto por una mujer. Ella fue mi mujer.


Venía del trabajo cansado y María preparaba la cena, como siempre hacía. No sé cómo sucedieron los hechos pero acabé con mi mano sobre su cara y después otra vez, y otra, y otra. Más tarde vinieron las patadas, los puñetazos, la veía en el suelo y era incapaz de detenerme. Una rabia incontrolable se apoderaba de mí, me sentía fuerte pero a la vez impotente por no poder parar. Al poco rato me di cuenta de lo que había hecho y le pedí perdón, le juré que no lo volvería a hacer, que esto que había pasado fue lo más vergonzoso y doloroso que me había pasado en la vida. Ella me perdonó, qué ingenua. Las palizas fueron aumentando hasta que un día, cansado de aguantar, cogí lo primero que vi con tan mala suerte de dar con un cuchillo, el cuchillo que arruinaría mi vida. Lo primero que pensé cuando se lo clavé fue que yo le había dicho que nunca permitiría que alguien o algo le hicieran daño. Mira por dónde el que le había hecho daño era yo. Intento no recordar cómo su roja sangre recorría mis dedos, cómo me reía cuando le clavé la afilada hoja en el corazón, me volví loco, empapado en ira, pero aún así no puedo dejar de pensar ni un solo día que pasa en el daño que le hice. Creo que estoy enfermo, o al menos, eso pienso ahora.


Sí, de verdad, es así. Ahora sólo me queda el recuerdo, un recuerdo que preferiría olvidar pero que por mucho que lo intento siempre, siempre permanecerá en mi cabeza. Ahora estoy aquí encerrado pagando por lo que hice, este es mi hogar. Aunque frío, triste y gris, es mi hogar, el hogar que me merezco por todos los errores cometidos en mi vida y en especial este. La has matado tú. Esta frase se me repite cada día en mis sueños y me despierto sudando pensando que si la hubiera querido más y mejor no habría pasado nada. No puedo más, me siento inútil aquí. No me queda mucho tiempo, cuando alguien encuentre esto significará que yo he pasado a una mejor vida, me habré reunido con ella. Soy un cobarde, lo sé, pero tengo demasiadas ganas de verla.


Raquel Fernández

CARTA A UN SUEÑO

25 de enero


Querido Peter:

No sé si alguna vez te dije que lo que sentí en ese momento por ti fue inexplicable. Nunca había sentido nada igual… Fue un flechazo… Nos encontrábamos todos los días en el mismo lugar.

Nunca me atreví a decirte nada, sólo un hola y un adiós, porque no tenía el valor de entrar en ese ascensor y preguntarte tu nombre. Todos los días me vestía para que te fijaras en mí, pero eso nunca pasaba. Pasaban los días, uno tras u otro, de lunes a viernes, y no ocurría nada, muy a mi pesar. Subíamos juntos hasta la planta sesenta y tres de la Torre Norte y ahí acababa todo… ni una palabra.

Y un día ocurrió, pronuncié tu nombre. No podía creer que hubiese sido capaz. Seguro que pensabas qué chica más tonta. Yo en ese momento me quería morir, pero tú te dirigiste a mí diciéndome que me conocías y que tú también te habías fijado en mí. No me lo esperaba… Desde ese día mi vida cambió.

Hasta que el día once de septiembre un avión pilotado por un loco fanático te arrancó de mi vida, mientras yo, ajena a todo y enferma, dormía en mi habitación... Conecté la televisión momentos después, alertada por una llamada de mi hermana que me preguntaba si estaba bien y si había ido a trabajar ese día. Sólo me dijo que conectara la tele, que mi oficina salía en las noticias.
Lo primero que pensé es en si te había pasado algo. Cuando la televisión se encendió, no podía creer lo que estaba viendo… Mis sueños de tener algo contigo se estaban desplomando, como las torres aquella mañana. Empecé a llamarte al móvil muy asustada. No contestabas… Me vestí y fui hacia las oficinas.

Pregunté a los supervivientes si te habían visto por casualidad. Muchos de ellos no te conocían… Normal, éramos demasiada gente allí dentro. Pregunté a los policías si habían sacado a alguien más… Les describí tu cara, el color de tu pelo, tu sonrisa… pero no consiguieron decirme nada. Les dejé mi teléfono por si te encontraban, vivo o muerto… Necesitaba saberlo. Desesperada, intenté traspasar alguna de las cintas de seguridad, pero no veía más que escombros. Uno de los bomberos me vio y me sacó de allí.



Hace unos días me llamaron de la policía. Al final encontraron tu cuerpo aplastado bajo los escombros…

Hoy, sigo pensando en ti y en lo que ocurrió aquel día. Nunca conseguiré olvidarlo. ¿Por qué te hicieron eso? ¿Ahora que hago yo sin ti? No hago más que preguntarme… y nadie responde.

PAULA GARCÍA

El valor de la vida

Me despierto cada día dando gracias por estar vivo, porque estando junto a ti, las cosas son más duras de lo que parecen. Cada día es como un juego donde hay que sobrevivir y el más fuerte es el que sale victorioso. En este caso, yo no soy uno de esos, como tú bien sabes. Ya que por tu culpa estoy viviendo de esta manera. Pero creo que es el destino el que me ha mandado a estar en estas tierras, aunque yo no lo merezca. Y tú a la tuya, que con esa maldad que te caracteriza, no haces nada para evitarlo. Tú siempre mirando lo que más te interesa a ti y a los tuyos y no entiendes el daño que me estás haciendo a mí y a los míos y que llevamos sufriendo desde hace tiempo.
Por las mañanas siempre me despiertas de esa forma tan desagradable haciendo esos ruidos que haces, viniendo hacia mí, entrando por mi oreja, y que suelen durar el resto del día hasta el anochecer. Igualmente tus pasos agigantados que hacen temblar todo el suelo de la habitación y cómo no, el resto del edifico; porque eres una mala bestia que vas destruyendo todo aquello por donde pasas. Pero tranquila, tú no te molestes ni nada, nosotros ya estamos aquí para sufrir tus consecuencias. Yo no soy el único que está aquí padeciendo tus jueguecitos, ya que somos miles de familias las que estamos ya cansados de ti, aunque no podamos hacer nada al respecto, ya que con tu poder poco duraríamos aquí. Porque tú eres la que toma las decisiones y nosotros somos escoria para ti, somos como hormigas que exterminas como y cuando quieres y no te pararás a pensar que nosotros no somos los culpables de tu ira.
Tú, que nos haces sufrir y dices que es una venganza. Pero… ¿de qué? Nosotros sólo somos personas inocentes que únicamente pretendemos vivir en libertad sin hacer daño a nadie en un lugar tranquilo y sin violencia. Pero vienes tú y alteras nuestras ilusiones y nos haces las personas más pobres del mundo, sin poder manifestarnos ante ti, y en las calles sólo hay miseria. Te aprovechas de nosotros porque sabes que somos nada para ti, y lo peor es que nos quitas las ganas de vivir cuando nosotros somos los que lo padecemos y tendríamos que rebelarnos. Pero las cosas para ti no son así.
Tantos muertos has dejado atrás y tantos heridos a tu paso, dejando territorios arrasados y millones de familias destruidas por las muertes de sus familiares y de sus seres queridos, que la gente no te quiere para nada. Todos nos hemos dado cuenta de lo mala que eres y de que no sirves para nada. Tú sólo traes cosas malas. Por eso, guerra, queremos que dejes de existir.
Iván Mañó

Sueño

Una noche esperando a que me llegara el sueño de repente te vi. Me quedé paralizado. No sabía que podía haber alguien en mi habitación, pero te miré y pensé que una mujer tan hermosa no podía hacerme daño y no te dije nada, esperando a que dieras el primer paso. Estaba preparado para cualquier cosa que quisieras hacerme. Poco a poco tu imagen se fue adentrando en mis sábanas. Noté el roce de tus dedos fríos en mi piel. Fue una sensación inexplicable. No conseguía moverme; estaba a la merced de tu cuerpo. Mi imaginación volaba y volaba hasta límites insospechados. Sólo pensaba en ti, en tu cuerpo y de repente… ¡¡paf¡¡ me caí de la cama. No podía ser, no, me negaba a que lo sucedido fuera un simple sueño. Me metí otra vez en la cama intentando volver a verte. Busqué entre las sábanas, debajo de mi cama, pero… nada, no te encontré.


Cada noche vuelvo a cerrar los ojos pero no te encuentro allí donde apareciste por primera y única vez. He intentado no cambiarme de pijama, dormir en la posición en la que sucedió, pero tú nunca estás. He optado por no ducharme para ver si era mi olor lo que te atrajo, pero así sólo consigo que mis padres se alejen de mí, mis amigos huyen al verme por que dicen que huelo mal. No entiendo por qué la vida me castiga de esa manera.

Gordito

Tu amante bandido

No sé cómo terminar lo que nació, lo que surgió cuando te encontré. Tu estabas ahí, tan bonita, tan arreglada, esperando encontrar a alguien que quisiera compartir su vida contigo. También estaba yo, frío y desprotegido, a merced de mi destino: muy jodido, la verdad. Éramos tal para cual, lo sabía; tú lo sabías.

Y aquella tarde de sábado decidí entrar en ti, furtivamente. ¿Sabes? Estuve mucho tiempo observándote, calculando y cavilando la mejor forma de lograr llegar hasta ti, y poder así… ya sabes, acabar lo que empezó aquella tarde de sábado, en tu cama.
Y así fue como nosotros comenzamos esta relación. Yo te cuidaba, te mimaba, te daba todo lo que necesitabas… tú me entiendes, ¿verdad? Sabes perfectamente a lo que me refiero. Tú a cambio me proporcionabas esa seguridad que tanto añoré y necesité durante mucho tiempo: eras mi guardiana, mi protectora, mi más cálida amiga. Fuiste mi fiel compañera en todo momento, tanto en aquellas noches fogosas y calientes, como en las fiestas que organicé por ti, o en aquellas horas de soledad. Cuando te necesitaba siempre estabas ahí, inmensa y acogedora. En ocasiones me pareciste hasta simpática, incluso creí escuchar tus carcajadas cuando yo aparecí aquella noche por la puerta, y me miraste pensando: “¡Dios! Menuda cogorza que lleva…”
¿Y él? ¿Te acuerdas…? Creo que nunca lograré olvidar ese momento: tú y yo solos, en tu cama, y él entrando por la puerta. Me avisaste, lo sé. Aún ahora me asombro de la rapidez con que logré saltar desde la terraza a casa de Maite, llevándolos de corbata.
Tengo muy claro que todo surgió de una forma un tanto forzada, no sé, eso me parece al recordar que te violé. Puede que te sea duro acordarte de todos aquellos momentos, porque al final estaba claro que me querías, me amabas, sólo querías sentirme dentro de ti una y otra vez.
Ahora se me dibuja una sonrisa cada vez que recuerdo aquello que leí nada más te conocí: “Se vende”. Fue muy bonito disfrutar de ti durante estos dos meses, pero al final ocurrió lo que tenía que ocurrir: la Guardia Civil me ha echado a patadas de ti, mi casa. Bueno, técnicamente era de un tal Francisco García Robredo, pero yo te quise igual, que conste.
Luis Avaria Escrivá

RESPIRAR



Respirar. La más importante de las funciones vitales. No puedo respirar. Hoy ha sido uno de los días más duros de mi vida. No diré que ha sido el peor ya que nada puede compararse a contemplar cómo la vida de un ser querido desaparece como la nieve bajo un día de intenso sol; o ver que la suerte desaparece del mundo, añadiendo desgracias y catástrofes al planeta entero. Pero también es cierto que la suerte se negó un buen día a pasar por mi mundo y, en consecuencia, me arrebató la vida.




El hecho de tener que verte todos los días pasar por delante de mí es agotador. La vida nunca me ha puesto las cosas fáciles, cosa que nunca me ha importado, y tenía más que asumido que sacarte de mi cabeza iba a ser difícil. Pero está resultando más complicado de lo que me imaginaba.




Decidí ocupar mi mente, no permitirme pensar en ti. No paraba en todo el día, el instituto, las tareas de casa, los estudios… lo que fuera para que cuando me fuese a la cama, estuviese tan cansada que no tuviese fuerzas para pensar en nada. Porque si pienso en ti… Dios, es como si un escalofrío recorriese todo mi cuerpo, desde la punta de los dedos de mis pies hasta el pelo, filtrando únicamente el dolor de verte y no tenerte, retorciendo cada bocanada de aire que entra por mis aprisionados pulmones, impidiéndome respirar.




Pero hoy no he podido más. Sabía que reprimir lo que sentía duraría por poco tiempo. Me he sentado, estaba cansada. He dejado caer mis ahora pesados brazos encima de mis rodillas, apoyadas contra mi pecho. Y así, con la vista fija en un punto que ni siquiera sé si existe, acurrucada en la esquina de mi cama, he contemplado lo que me rodeaba, mi mundo. Mi habitación era colorida y acogedora a la vista de cualquier persona, pero no a la mía. Era gris, un gris sin vida que poco a poco se ha ido oscureciendo hasta el punto en que todo era negro y no veía nada. Mis sentidos habían desaparecido, sumergiéndome en un océano de oscuridad e inseguridad.




Empezó a sonar el móvil. Froté mis ojos mientras les daba tiempo para acostumbrarse a la escasa y tenue luz de mi habitación. Cuando conseguí localizar la pantalla de mi móvil algo se revolvió en mi estómago; eras tú. Por alguna extraña razón, el verte no me produce la típica sensación de euforia de cualquier adolescente al ver al chico de sus sueños (o el que cree que es el chico de sus sueños). No, yo soy diferente… Como si un remolino de arena y agua de mar se adentrara en mí y modificase la escasa estructura que mantenía mi cuerpo frágil y pequeño.




Lo cogí, como si de una granada a punto de estallar se tratase y conseguí formular un ¿Sí? Mi voz se quebró. Ni siquiera sé si lo llegué a decir. Me dijiste que bajase a la calle, que estabas esperándome y que necesitabas hablar con migo. Me deshice de mi pijama y me puse los primeros vaqueros y camiseta que pillé. Me enfundé en las deportivas mientras contemplaba en el espejo de mi ascensor la maraña de pelo que llevaba. Era inútil intentar hacer algo con él, al fin y al cabo es culpa tuya, si me hubieses avisado antes aún podría haber estado un poco decente.




Abrí la puerta de mi portal y allí te vi, con la espalda apoyada en la pared como si de un anuncio de colonias se tratase. Me acerqué y me diste dos besos, suspiré sin que te dieras cuenta. Tu olor calmó mi corazón a la vez que la angustia de mi estómago aumentaba.




Empezaste a caminar y te seguí, con las manos en los bolsillos y los pulgares fuera de éstos, como si volviese a tener cinco años y me acabasen de presentar a un adulto que sobrepasara cuatro veces mi altura. Al fin y al cabo, eres mucho más alto que yo. Nos sentamos y te quedaste mirándome, pero a diferencia de otras veces no rehuimos la mirada. Conseguí sumergirme en ti a través de tus pupilas. Paz. Sí, eso es lo que sentí. Después de mucho tiempo sentí que te tenía sin tocarte, aún estando todo el banco de distancia entre nosotros, estaba unida a ti.




Te acercaste a mí, cada vez más, mientras mi respiración se iba acelerando al son de los latidos de mi corazón. Sé que no podías oírlos, era imposible. Pero el hecho de que por alguna razón inexplicable pudieses sentirlo me aterrorizaba, me hacía quedar al descubierto. Estaba enfada, sí, porque no tenía fuerzas para evitar sufrir. Estaba tirada en medio del ring, esperando a que me dieses el último golpe que me dejase inconsciente, quedando patente que eres el vencedor de esta batalla sin nombre.




Pero no hablamos, ni tampoco me besaste, no… ni tu ni yo queríamos eso. En algún momento todo aquello quedó atrás, íbamos más lejos. Tocarnos sin siquiera rozarnos. Seguí inmóvil, paralizada. Mientras, tú te acercabas a mi cuello y notaba tu respiración en el hueco de mi garganta, recorriendo con la yema de tus dedos el dibujo de mi mandíbula. En el momento en que llegaste a mi clavícula, después de recorrer el camino de mi garganta con la punta de tu nariz, mi cabeza dio un fuerte estallido. No, el mundo no se había desvanecido. Era perfectamente consciente de que la gente que pasaba por nuestro lado se quedaba mirándonos, con la envidia de volver a ser adolescente de nuevo. Estábamos a escasos dos centímetros de distancia. Mi cara y la tuya. Todavía no nos habíamos tocado, esta vez me acerqué yo, lentamente. No tenía prisa, y poco a poco mi respiración se cortó durante segundos, minutos, quien sabe… y mis labios…




Abrí los ojos en un intento de volver a respirar y proporcionar a mi cuerpo el oxígeno que necesitaba. Seguía allí, en la esquina de mi cama, acurrucada. No era consciente del tiempo que había pasado. Podría ser el fin del mundo y sólo tendría fuerzas para maldecirte una y otra vez.




Y aquí sigo, con mi cuerpo enredado en sí mismo, protegiéndome de la oscuridad y tristeza de mi habitación, mientras noto que una lágrima recorre mi mejilla. No creas que es porque te quiero. No. Te odio, te odio como no podría haber imaginado que se pudiese odiar. Me repito, lo sé, pero es lo que siento. Rabia, furia, impotencia. Porque no puedo luchar más contra ti. Porque nunca nadie ha hecho que derrame una lágrima y tú en un sueño lo has conseguido. Porque has destrozado todos mis límites. Porque el poco equilibrio que tenía para vivir me lo has arrebatado.




Pero lo que más rabia y miedo me da, es que me estoy empezando a acostumbrar a la oscuridad de mi habitación y sin ella… No puedo respirar. La más importante de las funciones vitales. Respirar.




Mónica Carrascosa

A ti

Y ahora me doy cuenta de todo.

De que todo lo que he sufrido por ti no ha valido la pena.

No sabía cómo hacer frente a este amor, nuevo para mí; estaba asustada e hice lo peor que hubiera podido hacer: amarrarte a mí. Amarrarte y hacer de ti el centro de mi universo.

Temía perderte, temía que encontraras a alguien mejor que yo y me dejaras. Todo por culpa de mi inseguridad, pues con dieciséis años, de nada está una segura.

Lo sé, tú me intentabas tranquilizar, me jurabas tu amor, y yo, idiota perdida, ni te escuchaba.

Ahora te pido perdón. Perdón por intentar alejarte de tu gente, perdón por mis enfermizos celos que no me dejaban ver que sólo eran tus amigas. Ahora me doy cuenta de que no puedo hacer que seas solo para mí, que no puedo evitar el que te relaciones con más gente y que no se puede centrar todo en una sola persona.

Estaba equivocada y te pido otra oportunidad. Todos nos equivocamos. Yo estaba perdidamente enamorada de ti y no sabía de qué forma podía demostrártelo.

Pero he cambiado, te lo aseguro, me he dado cuenta de todos mis errores y quiero rectificarlos. Quiero seguir junto a ti. Te prometo que todo va a cambiar, que todo lo que me hacía daño ha desaparecido. He madurado, te he comprendido. Ahora sólo me queda que tú me vuelvas a aceptar.

Y si no es así… si no es así no me voy a encerrar en casa como una niña, llorando sin consuelo. Si no es así voy a salir, y a demostrarte que puedo hacerte feliz, que puedo ser tu amiga, tu confidente, que estoy contigo para lo que desees y que necesito de tu cariño. Solo tú me has dado lo que ninguno, sólo tú me has mostrado cuál es el verdadero amor, y ahora quiero ser yo la que te lo demuestre.

Lisa

Deseo imposible

Todo era perfecto hasta que un día apareció ella en nuestra vida. Ya la conocía y sabía muy bien lo que era capaz de hacer. Sabía que no pararía hasta salirse con la suya, es decir, lograr que te olvidaras de mí y de todo lo que habías vivido antes de conocerla. Muchos de nuestros amigos me dijeron que fuese haciéndome a la idea de que tarde o temprano ella te alejaría de nosotros, pero yo no les quería creer. No sé por qué pensaba que esta vez no sería así, que no ganaría ella esta larga y dura batalla, que tú serías más fuerte y podrías lograr vencerla. Dicen que si deseas algo con mucha fuerza se cumple, pero te aseguro que no es cierto, porque que desapareciera de nuestras vidas era la cosa que más deseaba y no se cumplió. No logro comprender por qué me hice falsas esperanzas; supongo que no quería ver lo que ya era evidente. Creía que eran demasiados recuerdos los que nos unían como para olvidarlos todos ¿Realmente creía que tu caso iba a ser diferente al de los demás? ¿Que tú te ibas a librar de ella?
Hoy es nuestro aniversario, 45 años juntos, y tú no te acuerdas. Todavía no logro entender cómo lo logró, cómo fue capaz de distanciarnos de esa manera, ni cómo eres capaz de mirarme como si no hubiese pasado nada. Aún no me he acostumbrado a los ratos en los que estamos juntos y me tratas como si fuese una desconocida para ti. Estos son los momentos en los que maldigo la hora en la que esa enfermedad conocida como Alzheimer te alcanzó… Sé que cuando te entregue esta carta te quedarás extrañado, pero cuando la leas hasta el final comprenderás que te la he dado para que recuerdes que siempre estaré a tu lado.
Carmen Malonda

Amigo inoportuno

Oh, mi querido amigo, siempre estas ahí, cuando me haces falta y cuando no. En todos los momentos, en los oportunos y en los que no, todos mis amigos te han visto. El problema es que siempre se ríen de ti, y más todavía de mí cuando te llevo conmigo. Aunque tú me encantas por tu forma redondita, por tus apariciones bastantes inoportunas, lo que más me molesta es cuando me haces cosquillas.
Así que voy a acabar con nuestra unión; ya estoy harto de que se rían, encima ya tengo la solución perfecta. Voy a acabar contigo, voy a contratar a un asesino a sueldo de los de tu especie. Es un asesino blanco, muy conocido, y muy económico. Él te hará desaparecer, te machacará, y yo luego me desharé de los dos. Para que te vayas haciendo a la idea de que no es una broma, te voy a dar su nombre: Se llama Clinex.
Carles López

Gracias

Me desperté, y el silencio, compañero de la soledad, me recordaba tu ausencia. De fondo un pequeño ruido; tan solo mis suspiros. La cabeza me daba vueltas, sentía que me desmayaba, que el techo se acercaba. Ahora recuerdo levemente aquella noche en la que me di cuenta que prefería estar junto a ti, los dos solos.
Desde los bafles me mirabas con inquietud. Yo te escuchaba tras la muchedumbre, pero tú seguías provocándolos para que bailasen a tu alrededor.

Mis celos me gritaban: ¿Por qué todos deben probarla? ¿Por qué todos pueden quedar impregnados por su sutil aroma? ¿Acaso no eres tú su más fiel confidente?No importa. Yo sé que nadie sabe apreciarte como yo te aprecio. Porque sé que no eres simplemente más alta o más baja, más movida o más relajada, más moderna o más retro. Sé que lo que yo escucho, son sentimientos.

Descubrí tu escondite. Y desde entonces ya no podía dejar de visitarte. Mi camino movido e indefinido nos había unido. Logros, hechos inolvidables, satisfacciones y momentos de agonía y depresión. Juntos hemos recogido los pedazos de sueños rotos para crear nuevos.

Definitivamente confieso que te amo. Te amo porque me diste la libertad para que descubriera lo que más valoro en mí. Te amo porque me has dado fortaleza cuando mi corazón ha estado a punto de desfallecer, y me has dado en ese momento lo que más necesitaba.

Te amo porque me has enseñado todas las oportunidades que tiene la vida mirándola desde otro cristal. Te amo porque eres provocadora de emociones, unión de pueblos y naciones. Te amo por tu paciencia y tu comprensión.

Eres mi aliciente, y por eso, te doy las gracias, pequeña, por ser tan grande. Gracias, música.

Cristian Salinas

El día más amargo

¿Recuerdas aquellas charlas interminables con galletas y leche, esos días en la playa jugando a voley? ¡Cómo te gustaban aquellos baños en el mar! Solías decir que un chapuzón en agua natural era bueno para todo. Tú siempre estabas sacándome una sonrisa, hasta en mis peores días. Éramos la pareja perfecta, y yo la persona más feliz a tu lado. El tiempo que viví contigo fue maravilloso, los años más felices de mi vida. Cuando caíste rendido y sin aliento en mis brazos, sentí que se me clavaban mil puñales en el corazón.
Pronto y sin darme cuenta, aquellas sillas duras y frías rodeadas de esas horribles paredes blancas sin ningún rastro de calor, se apoderaban de mi ser. Así me sentía, vacía, no lograba entender nada de lo que estaba pasado. Tú eras lo más importante para mí y yo sólo sabía que no estabas a mi lado. Fueron las horas más largas de mi vida, esperando llegar a casa y hacer chistes de este incidente.
En lo más profundo de mi corazón, noté un pinchazo largo y profundo, me hizo soltar un suspiro que me dejó sin aliento por un momento. Noté tu dolor y fue cuando supe que algo no había salido bien. Se me acercó una figura blanca, con cara larga, cada uno de sus pasos se me hacía eterno y al llegar, sus aterradoras palabras fluían con lentitud por mis oídos hasta alcanzar mi cerebro. Fue así como procesé la información. “No hemos podido hacer nada por él, lo siento mucho.” Me quedé perpleja esperando el fin del mundo o que la tierra me tragase. Mi vida no tiene sentido sin ti. ¡Regresa por favor, no me dejes sola!
Fue el día más amargo de mi vida y aunque no he podido superar tu ausencia, sólo quiero que sepas que ahora, después de 20 años, sólo recuerdo esos buenos momentos que pasé contigo y aún vivo porque siempre te siento a mi lado.
Te quiero
Stephany Balbín