sábado, 14 de febrero de 2009

Deseo imposible

Todo era perfecto hasta que un día apareció ella en nuestra vida. Ya la conocía y sabía muy bien lo que era capaz de hacer. Sabía que no pararía hasta salirse con la suya, es decir, lograr que te olvidaras de mí y de todo lo que habías vivido antes de conocerla. Muchos de nuestros amigos me dijeron que fuese haciéndome a la idea de que tarde o temprano ella te alejaría de nosotros, pero yo no les quería creer. No sé por qué pensaba que esta vez no sería así, que no ganaría ella esta larga y dura batalla, que tú serías más fuerte y podrías lograr vencerla. Dicen que si deseas algo con mucha fuerza se cumple, pero te aseguro que no es cierto, porque que desapareciera de nuestras vidas era la cosa que más deseaba y no se cumplió. No logro comprender por qué me hice falsas esperanzas; supongo que no quería ver lo que ya era evidente. Creía que eran demasiados recuerdos los que nos unían como para olvidarlos todos ¿Realmente creía que tu caso iba a ser diferente al de los demás? ¿Que tú te ibas a librar de ella?
Hoy es nuestro aniversario, 45 años juntos, y tú no te acuerdas. Todavía no logro entender cómo lo logró, cómo fue capaz de distanciarnos de esa manera, ni cómo eres capaz de mirarme como si no hubiese pasado nada. Aún no me he acostumbrado a los ratos en los que estamos juntos y me tratas como si fuese una desconocida para ti. Estos son los momentos en los que maldigo la hora en la que esa enfermedad conocida como Alzheimer te alcanzó… Sé que cuando te entregue esta carta te quedarás extrañado, pero cuando la leas hasta el final comprenderás que te la he dado para que recuerdes que siempre estaré a tu lado.
Carmen Malonda