sábado, 15 de noviembre de 2008

¡¡¡Campeona!!!

El pasado mes de octubre nuestra compañera Mar Morant participó con gran éxito en el VII Campeonato de España Cadete de Atletismo en Lugo. Consiguió la medalla de oro en la prueba de lanzamiento de disco (mejor marca personal 36'74 m.) y medalla de plata en lanzamiento de peso (12'84m.). Hay que dar la enhorabuena a esta alumna que compagina el esfuerzo que supone el entrenamiento para lograr estas marcas con sus estudios de 4º de ESO en el Gregori Mayans. ¡Sigue así!

viernes, 20 de junio de 2008

Selectividad

¡Todos aprobados!

Hoy se han conocido las notas de la selectividad. Y estamos muy contentos de decir que han aprobado TODOS los alumnos de 2º de Bachillerato del Gegori Mayans. Seguro que hoy estarán celebrándolo por todo lo alto. Y el lunes a hacer la preinscripción para la universidad. ¡Enhorabuena, chicos!

miércoles, 18 de junio de 2008

Termina el curso

¡Y llega Punto de Partida!
Estamos haciendo un esfuerzo sobrehumano (como casi todos los años) por plasmar en papel el esfuerzo de tanta gente durante todo el curso. Y como casi todos los años, se juntan por estas fechas un cúmulo de circunstancias adversas que nos hacen dudar que lo vayamos a conseguir. Pero no nos rendimos, y en ello estamos. Así mantendremos la tensión hasta el último minuto y nuestro Punto de Partida aún será mejor recibido. ¡Aún nos quedan unos días!

domingo, 17 de febrero de 2008

JORNADA DE MATEMÀTICAS




MATEMÁTICAS
Y
E. INFANTIL




Este sábado 16 de Febrero se ha desarrollado en nuestro Centro la primera sesión sobre matemàticas en la E. Infantil. Con una gran participacion de profesorado de la Comunidad.
Las Jornadas promovidas por el CEFIRE de Gandia han tenido una gran aceptación.
La ponente DOLORS FLEIXAS de la cooperativa "El Puig" d´Esparraguera, nos ha ofrecido una visión sobre las matemáticas basada en su propia experiencia y en el trabajo que realizan en su Escuela. Seguirá a esta ponencia un seminario en grupos de trabajo, reflexionando sobre este tema y que se pondrá en común en la próxima sesión que tendrá lugar el sábado 8 de Marzo.

EXPOSICIÓN DE SUEÑOS

LA EXPOSICIÓN DE SUEÑOS

Durante el curso 2.006-2.007 los alumnos y alumnas de 4º de primaria estuvieron realizando con Roger Omar un taller de escritura basado en el tema de los sueños.

Desde el mes de Enero podeis visitar "SUEÑOS" :
La exposición del trabajo que los alumnos y alumnas realizaron el curso anterior con Roger Omar.


jueves, 14 de febrero de 2008

San Valentín: Cartas de amor


Con motivo del día de San Valentín se han expuesto en el Gregori Mayans cartas de amor escritas por los alumnos de CLD de 1º de Bachillerato. Aquí puedes ir leyendo algunas de ellas y pronto estarán recogidas en un libro en la Biblioteca.

Adiós

Adiós

Llegó la hora de decirte adiós, de decirte que había sido un placer conocerte, haber compartido tantos momentos juntos.
Nunca olvidaré la forma en la que entraste por mis ojos. La luz iluminaba tu piel dorada. Decían que serías dura, que me arrepentiría. Pero yo sabía que no, que no me defraudarías. Me pelee con medio planeta por defender que lo que me gustaba de ti era tu interior y al final creo que lo he conseguido.
Hay que decir que mientras iba por el cuchillo estaba nervioso, pero una vez empecé a desgarrarte la piel y a hundirlo en tu carne sentí un gran placer. Pero lo mejor estaba por llegar; porque no me podía quedar así, mi cuerpo necesitaba de ti, y empecé a masticar un trozo de tu carne. ¡¡Dios!! Eso sí fue un placer.
Mientras masticaba la carne sonreí pensando que había acertado: mucho mejor el pollo que la comida del chino.

Javi Gregori

Inseparables

Inseparables

Aún te recuerdo, no sales de mi cabeza, teniendo el mismo sentimiento, el mismo, antes de que él nos separara. Éramos como uña y carne, como la luna y la noche, como un instrumento y su música.

Y él nos separó. Quién diría que llegaría a este estado de locura por no poder notar esa agradable presencia que creabas. Al menos tuve la suerte de poseerte durante unos años, que fueron los mejores. Pero qué más da, si yo para ti soy una más. Seguramente a millones de personas se les hace la boca agua por estar contigo. Así que…¿qué más da? Si soy una más…

Debí haber escuchado y hecho caso a aquellas personas que me advertían que cuidara nuestra relación. Pero no lo hice, y por querer sentirte más, por abusar de ti, te he perdido para siempre.

Ahora es cuando más te echo en falta. Recordando mi infancia contigo. Nos conocimos muy pronto, y desde ese momento supe que quería estar contigo toda la vida…y sigo queriendo…

Recuerdo todos los paseos por la ciudad, en tren, en autobús, en coche, que hemos compartido. Recuerdo las noches que hemos pasado juntas. Recuerdo muchas cosas agradables que he pasado contigo, es una lista interminable. Pero lo que más recuerdo, y no por ser lo más agradable, fue el día de nuestra ruptura. ¿Culpa mía o culpa tuya? De las dos. Culpa mía por no moderarme y querer lanzarme a la lujuria. Culpa tuya por incitarme y no pensar en las consecuencias.

Ahora no sé qué hacer. Me encuentro en el borde del abismo, encerrada en mi mundo de oscurantismo, donde no hay ni una melodía que me alegre la cara. Estoy sola. El único remedio para esta tortura es simplemente desaparecer. Porque un gran derecho para el ser humano es dejarle con total libertad sentir una química por la música…dejarse llevar…pero con moderación. Porque lo peor de todo, es que un sentido tan simple como el oído, perdiéndolo poco a poco, pueda poner fin lenta y cruelmente a una relación tan bonita…

Paula Cánovas

Árboles

Árboles

Ya ha vuelto el otoño para cobrar a los árboles el pago anual de hojas y tú sigues sin contestar mis cartas. Un día tu rostro se difuminó entre los árboles, parece ayer, y desde entonces no he vuelto a saber de ti.
Sé que sigues por ahí y no te exijo nada, no te pido más que una respuesta a lo que te pregunto cada día en mis cartas: ¿por qué te fuiste abandonándome sin ninguna explicación, sin una despedida? ¿Ni siquiera me merecía una despedida?
Todavía hoy, seis años, dos meses y cuatro días después no has tenido la valentía de decirme nada. Tú que eres un héroe. ¿Por qué? Quisiera entender por qué si la vida nos sonreía me dejaste sola a mi suerte en este mundo, todo me parece tan diferente…
Te necesito. Y tú a mí; sé que todavía nos amamos como el primer día en que supe que eras tú, eras tú quien la vida había cruzado en mi camino para hacer más ancha su sonrisa.
Me niego a creer que todo lo que hemos vivido cayó al vacío porque no es cierto. Yo lo he salvado, nos he salvado, pues todo sigue muy presente en mis recuerdos, como tú; las noches de verano cuando sopla esa brisa fresca que tanto nos gustaba, puedo sentir tus vivas manos rozando mi cuello, tus dedos fundiéndose en mis cabellos, tus caricias sobre mi cara… Rendida se me rebelan las lágrimas, pero ya no me consuelas. Ahora el aire es frío y araña la piel pero no me atrevo a encender la chimenea del salón. Todo es frío pero a veces me despierto de madrugada y me parece ver una niebla, las sábanas me enredan y un calor invade mi cuerpo por dentro al tiempo que se me eriza la piel. Quiero sentir que me envuelves como antes, pero es distinto.
Sé que tú también me tienes presente y aunque no comprendo por qué no respondes mis cartas, sé que las lees. Y que las guardas, porque le he preguntado al viento cuando se lleva las hojas. Ese viento cuyo hermano gemelo se alió con el fuego hace seis años, dos meses y cuatro días destruyendo tantos árboles y destruyendo mi vida. No pudiste evitar meterte, por supuesto que no, era tu trabajo; eso es lo que me contestarías. No sé de qué sirve preguntártelo cada día si siempre lo he sabido. Pero aun así contéstame, contéstame por favor. Sé que sigues vivo. Los árboles me lo han dicho.
Delia Miret

Reencuentro

Reencuentro
Me pregunto si algún día podrás perdonarme.
Ahora que volvemos a compartir nuestro tiempo creo que deberías olvidar el pasado y romper el horrible silencio que nos ha separado desde nuestro reencuentro. Me siento incómoda sabiendo que, callada, observas cada paso que doy por la casa.
Quizás te parecí demasiado directa, pues olvidé las preguntas del tipo "¿Cómo estás?, ¿dónde has estado?, ¿qué has estado haciendo?" para hacerte la gran pregunta "¿Me perdonas?". Tus grandes ojos azules se clavaron en los míos, como tornillos retorciéndose. Querías parecer fría y distante, pero empezó a aparecer un brillo en tu mirada; un brillo que me iluminó y me recordó los mejores momentos que habíamos pasado juntas. Me quedé hipnotizada, sosteniendo esa mirada cargada de mil sentimientos. Seguramente, a las dos se nos estaban pasando por la cabeza imágenes de aquellos días de la infancia.
Fuimos inseparables desde el día en que nos presentaron, el día de mi cumpleaños. Pronto pasaste a ser mi mejor amiga; eras perfecta: la amiga que no pide explicaciones cuando no puedes estar con ella pero siempre esta ahí cuando tú la necesitas, la que sabe guardar mejor que nadie los secretos, la que no necesita palabras para mantener una conversación... Por las tardes pasábamos horas juntas. Hacías que olvidara mis pequeños problemas y nos metíamos en nuestro mundo particular, el que habíamos creado en mi habitación de moqueta rosa. Allí nos divertíamos: te peinaba, te probaba ropa, te contaba cosas personales. Eras tan perfecta que me obsesionaba la idea de ser como tú. Envidiaba tus piernas largas, tu estrecha cintura, tu melena rubia y tus ojos azules. No me di cuenta de que te iba dejando de lado aunque seguí fijándome en ti para imitarte. Como con todos los propósitos de mi vida, este no se me resistió.
Por fin conseguí ser igual o mejor que tu. Llegado ese momento, te dejé completamente abandonada. Estaba demasiado ocupada con mis nuevas amistades, normalmente del sexo opuesto. Ahora los chicos se fijaban en mí, y todo gracias a ti. No pude agradecértelo a tiempo, pues al principio no tenía ni un segundo para pensar en ti (pasaba las tardes en la calle o al teléfono, coqueteando con unos y con otros) y, cuando me di cuenta de que sin ti no habría sido posible, ya no estabas. Hacía muchos días que no te veía. Habías desaparecido; yo te había apartado de mi vida. Le pregunté a mi madre si te había visto, y con una expresión compasiva me contestó que "ya era demasiado tarde". Tuve que resignarme y volver a olvidarte como había hecho antes, sólo que esta vez sentí el vacío que habías dejado.
He crecido mucho desde la última vez que nos vimos. Pasó la época de las tonterías y llegaron los estudios, que requerían mi máxima atención. Aunque me esforcé bastante, siempre he tenido suerte en cuanto a aptitudes. Además, me organizaba muy bien y me motivaba el hecho de irme a vivir sola y empezar la universidad. Sabía que conocería gente nueva, pero nunca imaginé que me encontraría con viejas amistades. Hoy ha sido un día muy emocionante. Al fin en mi propia casa, en la que pensaba vivir sola. Jamás hubiera dicho que, al abrir la última caja de la mudanza, descubriría a mi nueva compañera de piso. ¿Qué hacías ahí? Seguramente, mamá te guardó porque le daba pena tirarte como a un trasto cualquiera; tú nunca fuiste para mí como las demás muñecas que me regalaban cada cumpleaños. Tú eras mi Barbie. Y ahora estamos de nuevo juntas. Me pregunto si algún día podrás perdonarme.
Rebecca Díaz

Te necesito

Te necesito

Nunca pensé que llegara este momento, nunca imaginé que al irte te llevaras parte de mí. Todo pasó tan rápido y tan doloroso que no puedo asumir que no estés ya más junto a mí.

Recuerdo el día en que nos dimos nuestro primer beso. Me tapaste los ojos y, mientras me cogías por detrás y me dabas aquella rosa que aún conservo, me susurraste al oído que querías compartir el resto de tu vida conmigo. Nunca podré olvidar aquel momento y lo recuerdo como si hubiese sido ayer.

Llevo días buscándote y pensando por qué me dejaste, por qué te marchaste sin decirme adiós, por qué me dejaste sola y con todo el amor que me faltó por darte.

Todo carece de sentido si tú no estás. Vuelve por favor, te necesito. ¡Ayúdame a seguir adelante!

¿Por qué tuvo que llegar aquel día en el que me dijiste que te ibas y enseguida volvías? Llevo tanto tiempo esperando tu llegada…

Hoy me di cuenta de que nunca volverás, de que nunca te podré besar ni abrazar. Esta noche, a diferencia de las otras estrellas, tú eras la que más brillaba de todas.

Lorena Nácher

Vuelve a ser tú

Vuelve a ser tú

Te conocí cuando tenías tan sólo nueve meses, aunque a mí me hubiese gustado conocerte desde antes. Me acuerdo muy bien de ese día. Yo te esperaba desde hacía algunos días y creo que para ti era totalmente una sorpresa, aunque tenías una alegría tan evidente cuando me viste que la expresabas saltando y sin ningún tipo de reparo en que todo el mundo conociese tu estado de ánimo. Te costó muy poco adaptarte a nosotros. Al principio todo te parecía extraño: los olores, los sonidos, los tactos…todo lo que no habías visto, ni olido ni tocado dentro de lo que fue tu única casa en los primeros nueve meses de tu vida y de la que no saliste hasta que fuimos a rescatarte. Pero te interesabas mucho por investigar y pronto te acostumbrabas a lo que fuese. Desde entonces yo y todas las personas que conozco y te conocen saben al instante cómo eres, porque siempre tienes las emociones a flor de piel.
Aunque no todo ha sido tan fácil; te tengo que reprochar que nunca, nunca me haces caso. Bueno, ni a mí ni a nadie, vives totalmente como quieres. Pero está claro que sin nosotros no podrías vivir. Ha habido momentos en los que te he odiado, como la vez que me rompiste la cámara o cogiste mis botas sin permiso. Pero después de haberte reñido sin obtener ningún resultado, ya que volvías a desobedecer otra vez, no podía estar más de media hora enfadada contigo; con tu insistente interés por estar conmigo me volvías a conquistar.
Desde que te peleaste con otro hace unos días y resultaste herido no eres el mismo. Vagas por la casa como un fantasma, sigues expresando tus sentimientos aunque estos son muy diferentes a los de siempre, no me recibes a la puerta de casa, no me buscas para estar conmigo, no vienes a despertarme cada mañana saltando en mi cama. Tengo la esperanza de que sólo sea una mala rachas, un bajoncito por haber resultado heridos y no poder hacer nada para remediarlo. De todas formas no puedo evitar preocuparme por ti. Te miro de reojo cuando no me miras para ver cómo actúas, cómo te mueves con ese corte tan profundo que, aunque no des muestras de tener ningún dolor, estoy segura de que te duele.
Lo que más deseo en estos momentos es que puedas volver a ser el de antes, que vuelvas a esperarme a la entrada de casa, que saltes de alegría cuando me veas y que te alegres cuando salimos a pasear. Siempre he sabido que eres un perro muy sensibles, pero por favor, Luck…¡Vuelve a ser como eras!

Adriana Roselló

Hotel RPH

Hotel RPH

Esa mañana me desperté muy temprano por culpa del ruido de la ducha, me acerqué al servicio y te encontré duchándote. Ese fue el primer aviso de que algo no iba bien, ya que estos días en los que nos encontrábamos en el hotel RPH siempre solías esperar a que despertara yo y ducharnos juntos para de esta manera darme los buenos días.
Cuando me desnudé para entrar en la ducha tú cerraste la mampara, yo recogí mi ropa y volví a la habitación en la que muy intrigado me preguntaba qué es lo que te sucedía, ya que salvo los primeros días de empezar con nuestros encuentros no habías tenido ningún problema.

En el momento en que tú saliste de la ducha y me dijiste que no podías parar de pensar en mamá supe que nuestros encuentros habían acabado para siempre.

Fui a ducharme, me vestí y bajamos al parking donde tenía aparcado el coche. El trayecto hasta tu casa fue muy tenso ya que ninguno de los dos pronunciamos palabra. Cuando llegamos, en vez de tu habitual despedida, tus palabras, “Adiós, papá”, fueron las más dolorosas que podías haber escogido para esa ocasión.

Yo arranqué el coche sin ni siquiera contestarte y fui directo a la floristería, como todos los días en que nos encontrábamos, compré una docena de claveles y me dirigí al cementerio.

Una vez allí pasee por entre las tumbas observando cómo la gente lloraba a sus seres queridos. Era un llanto sincero, triste, sin lágrimas de cocodrilo, todo lo contrario a lo que yo le ofrecía a tu difunta madre.

Dejé los claveles, recé un avemaría y le dije que todo iba bien en casa.

Cuando me alejé de allí tuve ganas de llamarte, no para pedirte que volviéramos a vernos en ese hotel, sino para decirte lo mucho que me recordabas a tu madre.

R.W

Se acabó

Se acabó
Tengo ganas de escupirte a la cara. Poner un pie sobre tu cadáver y decirte que, por una vez, estoy por encima de ti. Nunca volverás a mandarme, ni a decirme lo miserable que ha sido tu vida. Que yo era lo peor. Que si no hubiera nacido o no me hubieras conocido, habrías sido mucho más feliz. ¡Ay…! Cuántas veces te dije que me dejaras en paz y me contestaste que era demasiado tarde.
Viviendo en una mentira, pensando que todo estaba bien, comenzó todo. Pero ya lo he dejado atrás. Ese estúpido bache en mi camino, lo he pisado y apartado. Creo que ha sido lo mejor que hecho en mi vida. Nunca me había sentido tan libre.
Siempre recordaré este cuarto. Con las paredes pintadas de salpicaduras rojas. Que, por primera vez, no son mías. Mis manos, sucias, me las lavo tranquilamente dejando un rastro rojo por donde voy. Me miro al espejo y por fin, me veo diferente. Ya no soy aquella perturbada y dolorida víctima. Ni tú eres el culpable. En ese segundo de indecisión. Gracias a ese instante, todo ha cambiado. Nos hemos intercambiado los papeles. Yo soy la asesina. Tú eres la víctima. Mi víctima.
Aunque crean que estoy loca. Aunque se apiaden de mí. Me da igual. Porque mi camino se ha despejado. Me siento aliviada. Me siento como nunca.
Vuelvo a ver mi creación. Me fijo en todo tu cuerpo, ya sin vida. Y empiezo a recordar todo mi pasado por última vez. Tus manos, frías y quietas, ya no me volverán a tocar. No volveré a sentir como me cogen y me pegan una y otra vez. Tus pies inmóviles, ya no darán más patadas a ese saco sin voluntad de defenderse. Nunca más estaré en el suelo sollozando. Tus ojos, azules como el hielo y fríos, ya no volverán a mirarme. Los tienes totalmente abiertos. Me alegra saber que lo último que has visto ha sido a mí ejecutando mi venganza. Me gusta tu expresión, parece sorprendida. Estoy pensando en coserte la boca, pero me supondría demasiada faena.
Tienes que verte, ahí tirado en el suelo mientras un charco rojo va expandiéndose. Mudo. Inmóvil. Sin vida. Para siempre. Ha sido una pena lo rápido que ha pasado. Podría haberlo disfrutado un poco más. Lo que tengo claro es que si volvieras a la vida, no dudaría en volver a hacerlo.
Lo peor de todo es que tengo que quitar las manchas de la pared, de la alfombra y de los objetos salpicados. Eso me llevará un buen rato. Aunque no me importa, creo que las dejaré. Será mi triunfo. Mi premio. Después de tantos años.
Todo está raro; el silencio, la tranquilidad,… Casi puedo ver cómo se van los gritos y la tensión… Es tan relajante.
Bueno, que sepas que ya no te odio. ¿Para qué? Sería malgastar tiempo de mi nueva vida.

Tu asesina.

Cartas de amor 3

jueves, 31 de enero de 2008

El meu cèl

Quan em despertà aturdida, vaig vore davant de mí un paisatge un tant estrany. Res. La paraula que millor definia allò que en aquell moment s’estenia davant de mi era res. No hi havia cèl, ni parets, ni sòl, i així i tot em sostenia una estranya força, com si es tractara de la força d’atracció que la Terra exerceix sobre els cossos. Tot era infinit. Em trobava jo, i l’infinit als meus peus, davant de mí, als costats i al damunt. No s’apreciava ninguna forma de relleu, i no existia el món material. Vaig començar a caminar i me n’adonà de que tot era igual i res no hi havia canviat. A aquell paratge no hi havien animals, ni plantes, ni microorganismes: no hi havia vida.
Vaig pensar que qualsevol altra persona que es trobara en aquella situació s’acabaria tornant boja, però jo no. Aquell era el meu paradís, el lloc que totes les nits anava a visitar. El meu cèl.
Sonà el despertador, i em despertà a poc a poc deixant aquell paratge fantàstic. Vegué a ma mare als peus del meu llit mirant-me amb un somriure:
- Has dormit bé?- em preguntà.
- Ni t’ho imagines.

Mar Morant

3er d'ESO

miércoles, 23 de enero de 2008

Concurso Síndic de Greuges


El colegio Gregori Mayans participó en el concurso de dibujo Síndic de Greuges 2007 que tiene la finalidad de facilitar el conocimiento de los derechos humanos en el ámbito escolar de la Comunidad Valenciana. Hoy ha tenido lugar la ceremonia de entrega de premios en el Hemiciclo de les Corts Valencianes, a donde se han desplazado los alumnos seleccionados. Próximamente podréis tener más información sobre cómo ha transcurrido el acto.