sábado, 14 de febrero de 2009

Sueño

Una noche esperando a que me llegara el sueño de repente te vi. Me quedé paralizado. No sabía que podía haber alguien en mi habitación, pero te miré y pensé que una mujer tan hermosa no podía hacerme daño y no te dije nada, esperando a que dieras el primer paso. Estaba preparado para cualquier cosa que quisieras hacerme. Poco a poco tu imagen se fue adentrando en mis sábanas. Noté el roce de tus dedos fríos en mi piel. Fue una sensación inexplicable. No conseguía moverme; estaba a la merced de tu cuerpo. Mi imaginación volaba y volaba hasta límites insospechados. Sólo pensaba en ti, en tu cuerpo y de repente… ¡¡paf¡¡ me caí de la cama. No podía ser, no, me negaba a que lo sucedido fuera un simple sueño. Me metí otra vez en la cama intentando volver a verte. Busqué entre las sábanas, debajo de mi cama, pero… nada, no te encontré.


Cada noche vuelvo a cerrar los ojos pero no te encuentro allí donde apareciste por primera y única vez. He intentado no cambiarme de pijama, dormir en la posición en la que sucedió, pero tú nunca estás. He optado por no ducharme para ver si era mi olor lo que te atrajo, pero así sólo consigo que mis padres se alejen de mí, mis amigos huyen al verme por que dicen que huelo mal. No entiendo por qué la vida me castiga de esa manera.

Gordito